jueves, marzo 23, 2006

Perfume de muerte


Perfume de muerte desprende mi cigarrillo mientras se consume, la tarde está nublada, parece que el humo se ha apoderado de la bóveda y que el aroma hace llorar a los ángeles, saben que me estoy consumiendo y que al igual que mi cigarrillo me estoy muriendo. Efímero placer me produce y soy capaz de ver lo que había dejado de apreciar y lo que nunca había visto. Lentamente mi meditación se extiende, hasta el punto en que empiezo a cuestionarme cosas que no se si importan. No quiero que el efecto termine, es algo muy agradable sentirse solo a pesar de estar rodeado de un bullicio que dice nada y que se extiende hasta los rincones que la memoria ha dejado de visitar. Recuerdos llegan a mi mente, son de cuando era nada, de cuando no estaba vivo y tampoco muerto, de cuando era como un dios que navegaba libre en la complejidad de su existir y que insistentemente se preguntaba ¿cómo es que uno existe cuando ni siquiera puede ser percibido? Encuentro la respuesta y ahora sé que el soplo de vida es lo que me ha condenado a la muerte porque mi cuerpo ya materia es y en él alma pura vive. Esencia de trascendencia soy ahora y seguir navegando en la complejidad de mí existir es mi destino. El fuego que excita mi mente, se ha extinguido al igual que el perfume de muerte, me ha abandonado en este lugar tan desagradable que me recuerda que estoy vivo y que me dice que yo al igual que mi cigarrillo somos iguales porque condenados a la extinción estamos, y que sólo seré redimido hasta que la vida decida venderme y la muerte me libere de la cárcel que me dio el soplo divino.

miércoles, marzo 08, 2006

Un hombre y nada más

Sucio, inmundo, ofensivo, indecente, vil, repugnante, libre e imperfecto es el hombre. Una bestia que camina sobre la faz de la tierra destruyendo todo lo que se le atraviesa incluso a los de su misma especie. No respeta nada ni a nadie, actúa de acuerdo a sus impulsos a pesar de haber evolucionado su cerebro. Habla sin tener nada que decir, camina sin tener un lugar al cual ir, come sin tener hambre y existe sin saber el motivo por el que lo hace. Una máquina de errores que nunca está satisfecha y siempre quiere más. Miente, se vende, asesina, se rebaja, pisotea, abusa, traiciona, no importa cual sea el precio ya que hará lo que sea por obtener algo que no lo va a satisfacer.

Es una mente compleja que no entiende nada y hace de la vida algo monótono y sin sentido. Ha hecho esto desde su creación y lo seguirá haciendo hasta el momento en que desaparezca. No importa quién sea, no importa que haga, no importa lo que piense y no importa lo que sienta ya que al final es simplemente un hombre.

Inventa mundos, resucita a los muertos, camina sobre el agua, hace arte, siente, ama, llora, ríe, odia, se deprime, se cuestiona, se confunde y no entiende nada. Escribe, pinta, baila, hace música, construye y destruye, no importa cuál sea el modo de expresión ya que al final lo que se quiere expresar es lo mismo. Un mensaje que encierra el misterio de la existencia, un mensaje que siempre ha sido igual y que nunca ha cambiado, más sin embargo, nos ha vuelto ciegos y sordos ante sus fatales palabras porque muy en el fondo sabemos que al final lo único que nos dice es que somos Nada.

Nos hemos idealizado y hecho de este mundo una mentira que se desarrolla con la ayuda de todos. Tenemos religión, política y dinero, seguimos a falsos ídolos, nos esforzamos por ser mejor que otros y hemos hecho de una misma especie distintas clases de hombres, olvidando que al final del camino, cuando nuestros cuerpos se conviertan en materia muerta, Tú al igual que Yo vamos a ser lo mismo que cuando estábamos vivos Un hombre y nada más.

miércoles, marzo 01, 2006

La Ceniza de Mercurio

El sueño en el que me encontraba encerrado ha terminado y la ciudad está muerta. Lágrimas de Dios se han comenzado a secar de los techos de lo que antes fue un monumento a la tiranía.

Las nubes como un barco en el mar, se hunden suavemente en el Infinito mientras que un manto en llamas comienza a devorar los restos de la noche y a iluminar recuerdos de lo que fue.

A lo lejos han comenzado ha llorar las campanas de la catedral y de las ruinas los cuerpos se levantan. El día ha comenzado y la calle se convierte en escoria.

Las prostitutas fingen castidad y los burgueses pobreza ante el Señor. Las tabernas abren, los perros fornican y los niños lloran.

Comienzo a escribir, y de mis versos la creación nace, lo que yo amo nunca ha de existir y lo que odio sustancia es de mi ser. Sólo un demonio y nada más, dice la gente cuando me ve. Sólo un poeta y nada más, dijo Dios bañado de envidia cuando lo labré. Porque el poeta dueño de su alma es y libre del tiempo está.

Sexo en el cielo ha comenzado y de las lumbreras un eclipse se está anunciando. Las tinieblas se expanden sobre las ruinas y Dios comienza a llorar sobre su templo.

¡Bendito templo del pecado, abre tus puertas a los cuerpos sin alma, porque condenados ya están y recuérdales que polvo son, marcándoles la frente con la ceniza de Mercurio!

Ecce Homo


Ciclo infinito.
Todo y Nada.
Vida y Muerte.
Yo.

Existiendo sin razón alguna y buscando un misterio inexistente mi efímera vida se extingue.
Los días nunca cambian y el invisible demonio del tiempo me sigue consumiendo.
Todo es tan monótono.

Nada ha cambiado en el mundo y sin embargo nunca lo llegamos a conocer por completo.
Todo es tan confuso y
no sé porque las cosas deban de ser tan complicadas, si la vida es una continua repetición de hechos.

Eterna dicotomía: lo malo y lo bueno, el blanco y el negro, el día y la noche, el hombre y la mujer. Estos últimos siendo más complicados que el todo.

No comprendo nada y mucho menos me entiendo yo. Se lo que quiero hacer antes de dejar esta vida pero por alguna razón no lo he conseguido y no hago nada para cambiar las cosas, supongo que es por miedo al éxito o a la derrota.

He tenido tantas oportunidades de cambiar las cosas pero las he dejado pasar, y siempre acabo consolándome pensando esta fue la última vez que lo hago, ya será para la próxima.

No me comprendo, puedo pensar, razonar y expresarme, pero por alguna razón cuando llega un momento crítico que puede cambiar mi vida y tengo que usar esas facultades, mi mente se nubla y dejo de funcionar, soy incapaz de expresar lo que pienso, soy incapaz de razonar y lo más importante soy incapaz de expresar lo que siento. Es como si por un instante estuviera muerto.

No soy muy social y mucho menos soy expresivo, creo que ese es mi problema pero qué puedo hacer así soy yo y no creo que algún día llegue a cambiar.

Soy un caos que tiene que soportar esta farsa que es la vida, en la que todos nos escondemos bajo los disfraces que más nos oculten. Siempre nos miramos los unos a los otros pero nunca nos llegamos a conocer. Siempre anhelamos lo que no tenemos. Y nunca actuamos como quien en verdad somos.

La vida termina con la muerte y la muerte con la vida, todo es un círculo interminable.
Estuve muerto y ahora vivo para volver a morir.
Uno muere donde otro nace.
Es un continuo acto de regeneración que nos permite ver que no hay Creación si no hay alguien que la perciba.

Somos una especie caótica que vive, canta y baila pero sólo en utopías, en sueños y en ilusiones ya que siempre nos hemos estado alimentando de los fantasmas de lo que pudo haber sido.

Polvo fuimos y al Polvo regresaremos para seguir vagando en los misterios de una existencia mística que posiblemente es un sueño del que nunca vamos a despertar porque nunca hemos estado vivos.